EL ARTÍSTICO DE NAVALCARNERO

Mil disculpas a los fieles seguidores de mi blog que dejan de serlo si tardo casi un mes en retomar las ideas. Por suerte el trabajo repunta y se me requiere en otras guerras.

Hoy hablaré del Club Deportivo y Artístico de Navalcarnero, histórica localidad del sudeste madrileño, a medio camino entre Toledo y Madrid y que es Villa Real por el casamiento del borbón Felipe IV con Mariana de Austria en 1651. Hermanada con Segovia, que de allí eran sus fundadores y a ella perteneció, y con reconocidos vinos tintos que ya en el siglo XIX dieron que hablar en concursos internacionales de París. Muy recomendable pasar un domingo por Navalcarnero a conocer su histórica Plaza de Segovia, sus cuevas/bodegas/restaurantes, su tradición taurina, su Museo del vino, su Parque histórico y comer una buena carne y beber un mejor vino. Su gente amable y tranquila os invitará a ver un partido de su Naval.

Coincidí por primera vez con el Club Deportivo y Artístico Navalcarnero en julio de 2016, leyendo un pequeño cartel que Lino, el responsable de comunicación del club, había colocado en la puerta de la dirección deportiva: “Se buscan sponsors para el club”.

El Naval había vuelto a Segunda B, 8 temporadas después, en las que el dinero que se fue durante la crisis, unido a la mala gestión que la época solía conllevar, hizo que el equipo prácticamente desapareciera, pasó de la gloria efímera de la categoría de bronce a la 1ª regional o la 2ª Regional, ya nadie se acuerda, sin pasar por la casilla de salida y sin avisar a nadie. El nuevo flamante estadio diseñado por el arquitecto-profe Eduardo Beotas (uno de los hijos predilectos de la Villa Real de Navalcarnero y profesor de gestión de instalaciones deportivas en el master de gestión deportiva de la RFEF), cuco y acogedor donde los haya, se tuvo que conformar de nuevo con el fútbol de patadón y tente tieso que afeaba el reloj presidencial que mucho me recordaba al del Estadio Olímpico de Los Ángeles 84, sin pebetero pero con un aire de mirarte por encima del hombro.

Recuerdo que el club organizaba cocidos madrileños para recaudar fondos en la plaza de Segovia del pueblo, plaza centenaria de soportales castellanos que sirvió antaño para corridas de toros a lo Cantinflas en Chinchón…algo impensable para un club que meses atrás soñaba con hacerse un hueco con los grandes del fútbol español.

Pero en el fútbol como en la vida, todo es gestión, know how que se llama ahora. Y los que estuvieron tuvieron que volver para evitar que los que estaban siguieran organizando cocidos y similares. Y Rufo, Juan Alarcón y compañía, cogieron de nuevo las riendas para llevar al equipo a donde se merecía, sin dinero ni ruido, por amor al arte y para evitar la desaparición de su forma de vida, solo bajando el balón al piso para que el reloj no acelerase sus agujas para acortar el suplicio de los 1500 espectadores que caben en el Estadio que preside el barrio de Covadonga de Navalcarnero.

De nuevo en Segunda B, con la calidad humana necesaria para dar al técnico la oportunidad de entrenar en esta categoría, con un equipo hecho de mimbres humildes que, a pesar de salvarse en la última jornada, mereció haberlo hecho mucho antes.

Y como toda espuma crece, en esta temporada ha tocado arremangarse de nuevo, medio equipo revalorizado por la magnífica campaña realizada, tomó otros rumbos dejando con pena el Estadio Mariano González para pelear por otros sueños mayores. Pero el fútbol son 11 contra 11, sacaremos juveniles si hace falta para serlo, como diría Guardiola, y este año, de la mano de Calero, un entrenador de primer nivel, en 9 jornadas disfruta de los puestos de play off de ascenso, que, seguramente, no serán los que ocupen cuando en mayo echemos el telón pero que, con precavida certeza, permitirá ver desde la barrera, el toro que se vaya a tercera división en la última jornada.

No me voy sin hacer una pequeña mención a Salva Carril, un loco del fútbol que dirigió la cantera del club hasta que decidió hacer la maleta con su familia dentro rumbo a China, y que tanto ayudó a Soccernauts a crecer durante la temporada pasada.

En mayo las elecciones del club nombraron a Juan Alarcón como nuevo presidente y de nuevo, con menos dinero que Alemania, ha hecho un equipo que no sabemos si será competitivo o no, pero que es ahora mismo tercero en la clasificación, a 13 puntos del descenso y a solo 3 de jugar solo una eliminatoria para subir a 2ªA…dice Juan que eso es imposible, Ranieri dijo lo mismo de ganar la Premier con el Leicester…de momento, el próximo finde no me pierdo el partido contra el Fabril, porque si se gana al equipo B del todopoderoso Depor, el domingo el Naval se pone líder…y eso en 10 jornadas, casi un tercio de la competición, es mucho decir.

El reloj ahora mueve lentamente sus manecillas para ver el balón restregarse en el recién estrenado césped y a los aficionados del Naval soñar despiertos porque su equipo, ahora mismo, es uno de los 50 mejores de España, y eso es una verdad como un templo…

 

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